viernes, 31 de enero de 2014

LAS PARTES DEL TEMPLO CATÓLICO PARA COLOREAR Y IMPRIMIR





LA SEÑAL DE LA CRUZ PARA COLOREAR Y IMPRIMIR





LA ORACIÓN DEL PADRE NUESTRO PARA COLOREAR Y IMPRIMIR





ORACIÓN DE COMUNIÓN PARA COLOREAR Y IMPRIMIR




LA ORACIÓN DEL GLORIA PARA COLOREAR Y IMPRIMIR





EL AVE MARÍA PARA IMPRIMIR Y COLOREAR



PERDONAR..


EL HOMBRE POLIFACÉTICO, SAN JUAN BOSCO


Autor: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net 
El Hombre polifacético
San Juan Bosco

PATRONO DEL CINE, LA F. PROFESIONAL Y EL ILUSIONISMO

De entre las muchas figuras que destacan en el mundo, una de ellas es la de Juan Bosco. Si algo le definió fue su entrega absoluta al mundo juvenil. Se queda uno gratamente sorprendido cuando, al leer los 20 volúmenes gruesos de su vida, no se sabe qué faceta admirar mas: si la de ilusionista, camarero, sastre, herrero, carpintero, zapatero, escritor, impresor, sacerdote o la de fundador de la gran y extensa familia salesiana.

Tan apasionante es su vida que muchos escritores se han acercado a sus fuentes para hacer estudios profundos de su sistema educativo. Y hasta el ministro de Educación inglés fue expresamente a visitarlo para tomar nota de su forma especial para atraer a los jóvenes al estudio e insertarlos después en el mudo laboral.

La influencia de su madre Margarita fue la clave de toda su existencia. Fue esta campesina turinesa la que le inspiró el amor al trabajo, el anhelo por saber de todo, para el día de mañana dedicarse por entero al fascinante universo de los jóvenes.

Y aunque su vida transcurre entre los chicos y las clases populares, sin embargo, iban a verlo personajes de alta categoría social. Baste enumerar al escritor Víctor Hugo, Pío XI, hombres de Estado, Pío IX y León XIII.

Este hombre maravilloso es trascendental porque trabajó para todos: escribió una Historia de Italia para la comprensión de los pequeños; y otra sobre los Papas para utilidad de los masones; lo mismo que fueron best seller.

Mente y corazón en el otro

Me encanta su mirada limpia, su pensamiento altruista, las sendas de su rectitud, la atención a todos los problemas que acuciaban la sociedad de ayer y de hoy.

Tan es así que si hubiera tenido a mano un medio potente de comunicación social, hubiera hecho maravillas con sus cualidades innatas y su trabajo de actor, escritor y demás campos en los que se desenvuelve el comunicador actual.

Escribía calendarios con recetas de cocina para las amas de casa, libros de bolsillo, pintureros y amables para los estudiantes; cabriolas y juegos de manos para la chiquillería; catecismo sonriente y serio a la vez, oratorios festivos o de tiempo libre, talleres de formación profesional. Gracias a sus valores tan diversos y ricos, es patrono de la formación profesional, del cine, del ilusionismo y padre y maestro de la juventud.

Solía repetir a menudo a sus chicos y chicas: “Os amo con todo mi corazón, y me basta que seáis aún de tierna edad, para amaros con todo ardor”.

Con su mente clara, brillante, aguda y creativa afirmaba que la Tolerancia no es una cobardía, el Humor bueno, bello e hilarante no es chabacanería y la Delicadeza no es una debilidad.

Y cuando pensaba- desde su corazón de sacerdote- en los chicos de ayer y de hoy, repetía estas frases a padres, educadores y autoridades:

“¿Quieren hacer una cosa buena? Eduquen a la juventud.
¿Quieren hacer una cosa divina? Eduquen a la juventud.
Antes bien, ésta, entre las cosas divinas, es divinísima.”

Como se pueden hacer una idea, D. Bosco no fue un teórico de la educación, tampoco escribió tratados sobre ello; mas bien era práctico, convivía con los jóvenes, los ayudaba, se entretenía con ellos en vez de escribir algo sobre su sistema.

En alguna ocasión le preguntaron sobre su método. Y respondía así:”¿Mi sistema? Venid a ver cómo procedo”. El sistema de D. Bosco era para ser visto: La Preventividad.

Hoy que tanto se habla de la cuestión social, él se adelantó a su tiempo porque todos los jóvenes que llegaban del campo a Turín, él los acogía, les enseñaba un oficio y les inculcaba la superación del entorno social, dominado por el hambre, la delincuencia y la falta de fe.

En lugar de campañas políticas y de elecciones, él iba derecho a desarrollar las potencialidades de los chicos y chicas, los acogía en albergues y les hacía sentirse importantes, amados y la necesidad de encontrarse con Dios, para descubrir su propia dignidad de cristianos y de que adquiriesen un sentido de su vida.

Educaba en positivo, es decir, haciendo que los jóvenes crecieran desde dentro, venciendo condicionamientos y formalismo exteriores; el arte de ganar el corazón del joven de modo que camine con alegría y satisfacción hacia el bien, corrigiendo desviaciones y preparando el mañana por medio de una sólida formación de su carácter.

Sus prioridades eran estas tres pistas: la ética consistente en la orientación de los valores, la familiar y el énfasis en lo “positivo”.

Y no perdía el tiempo. Su educación ayer y hoy se caracteriza por una fusión entre lo que es el desarrollo humano y el anuncio evangélico cristiano. Su educación, por tanto, está inmersa en la pedagogía, la pastoral y la espiritualidad.

Quiere honrados ciudadanos y buenos cristianos. Esto es todo, nada más y nada menos. ¡Menudo reto para este siglo XXI! Gracias D. Bosco! Fuiste y eres genial.

PALABRAS MÁGICAS



Autor: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net 
Palabras mágicas
Por querer encontrar la explicación de lo que vemos o padecemos muchas veces recurrimos a palabras mágicas, a ideas conocidas


Después de un día de calor asfixiante, alguno exclama: ¡es culpa de la contaminación! Cuando un niño empieza a sentir dolor de la garganta, la mamá cree que se trata del inicio de una gripe. Si se produce un terremoto cerca de mi casa, tal vez alguno diga que es culpa del agujero del ozono. Y si una empresa se declara en bancarrota, no pocos pensarán que la culpa de este fracaso está en la globalización.

Los hombres somos así: queremos encontrar la explicación de lo que vemos o padecemos, y muchas veces recurrimos a tópicos o causas simples, sencillas, de uso común: a palabras mágicas, a ideas conocidas. Pero también, en otras ocasiones, nos damos cuenta de que las cosas no son tan sencillas, y de que la “palabra mágica” no da con la verdadera causa de un problema.

El calor puede ser debido, simplemente, a un cambio de vientos, repetido cientos de veces a lo largo de los últimos siglos sin que nadie nos haya dicho que esto puede volver a ocurrir de nuevo. El niño con dolor de garganta quizá tiene un problema incipiente de alergia, y estamos empezando la primavera... Sobre el temblor de la tierra, lo más probable es que se deba a los movimientos normales de las placas de nuestro planeta, o quizá sea un preaviso del nacimiento de un nuevo volcán: el agujero de ozono no es el responsable de todos nuestros males y desgracias... Y quizá el fracaso de la empresa que conocemos sea el resultado de una mala gestión económica y de la acción de algún usurero que puso la cuerda al cuello a un propietario ingenuo...

Conviene no olvidar dos hechos muy humanos. El primero: aunque muy pocos llegan a conocer, a fondo, el porqué profundo de todo lo que pasa a nuestro alrededor, muchos se atreven a hablar sin conocimiento de causa para ofrecer explicaciones que parecen verdaderas y que satisfacen ese deseo que todos tenemos de dar nuestra opinión sobre los temas más variados.

Lo más normal en esos casos es recurrir a los tópicos, a lo que aparentemente podría ser explicación, sin que, en realidad, lleguemos a saber el fondo del problema. Pero actuar así implica faltar a la prudencia.

Sería bueno aprender de algunos especialistas, como los médicos, que reconocen el carácter probable, incierto, aproximativo, de sus análisis y diagnósticos. Si un especialista declara que se puede equivocar, es mucho más frecuente el error en quienes juzgan (juzgamos) con muy pocos datos en la mano. La prudencia a la hora de hablar vale, por lo tanto, para todos.

El segundo hecho es que, incluso si llegásemos a tener el tiempo suficiente para investigar a fondo y con los instrumentos adecuados lo que está pasando, nos sentiríamos abrumados por una infinidad de datos y detalles, por lo que, casi instintivamente, daríamos más importancia a unos y dejaríamos de lado otros, para quedar con algo más o menos claro en nuestra cabeza y en los informes que preparemos para los demás. Somos simplificadores por naturaleza... o por pereza.

Si un joven se suicida, es más fácil acusar a sus padres que analizar paso a paso las últimas decisiones del pobre fracasado. Si un banco quiebra, resulta más cómodo hablar de la macroeconomía que revisar las cuentas e inversiones de ese banco en los últimos meses. Si la sopa me sale mal, más de uno dirá que es culpa de la suegra, que lo distrajo con sus problemillas precisamente en el momento más importante de la cocción...

Para no incurrir en estos errores, vale la pena reconocer que no comprendemos ni la mitad de cosas que ocurren a nuestro lado. Si una esposa abandona a su marido y a los hijos, no basta con pensar que todo se debe a la televisión (quizá ni siquiera había televisión en esa casa). Si un manifestante rompe un cristal de MacDonalds tal vez sea porque tiene una fuerte tendencia agresiva, y no porque la globalización puede ser un proceso injusto de unificación gastronómica...

Un poco de humildad nos evitará no pocos errores de juicio, errores más graves cuando se trata de hablar sobre la fama de hombres y mujeres que viven a nuestro lado.

El silencio puede ser señal de timidez, pero a veces es el resultado de un corazón profundo y atento, que no quiere decir más de lo que se sabe. Y es que, de verdad, sabemos muy poco de lo que pasa, de lo que somos, del mundo en el que vivimos y del pasado que nos condiciona de mil modos. Ojalá, al menos, sepamos que hay muchas cosas que no sabemos, y callemos cuando hay que callar. Guardar silencio, aunque pueda parecer propio de ignorantes, muchas veces es señal de sabiduría y sensatez...

ORACIONES A SAN JUAN BOSCO



SAN JUAN BOSCO, PRESBÍTERO Y FUNDADOR, 31 DE ENERO

Juan Bosco, Santo
Autor: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
Juan Bosco, Santo
Presbítero y Fundador, 31 de enero

Presbítero y Fundador
de la Sociedad Salesiana y
del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora

Martirologio Romano: Memoria de san Juan Bosco, presbítero, el cual, después de una niñez áspera, fue ordenado sacerdote y en la ciudad de Turín, en Italia, se dedicó con todas sus fuerzas a la formación de adolescentes. Fundó la Sociedad Salesiana y, con la ayuda de santa María Dominica Mazzarello, el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, para enseñar oficios a la juventud e instruirles en la vida cristiana. Lleno de virtudes y méritos, voló al cielo en este día en la ciudad de Turín, en Italia (1888).

Fecha de canonización: 1 de abril de 1934 por el Papa Pío XI.
San Juan Bosco nació el 16 de agosto de 1815 en Castelnuovo de Asti, y recibió de su madre Margarita Occhiena una sólida educación cristiana y humana. Dotado de inteligencia, memoria, voluntad y agilidad física no comunes, desde niño fue seguido por sus coetáneos, a quienes organizaba juegos que interrumpía al toque de las campanas para llevarlos a la iglesia. Fue ordenado sacerdote en Turín en 1841, y allí comenzó su actividad pastoral con San José Cafasso.

Su programa, o mejor, su pasión era la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió un grupito que llevaba a jugar, a rezar y a menudo a comer con él. La incómoda y rumorosa compañía de Don Bosco (así se lo llamaba y se lo llama familiarmente) tenía que estar cambiando de lugar continuamente hasta que por fin encontró un lugar fijo bajo el cobertizo Pinardi, que fue la primera célula del Oratorio. Con la ayuda de mamá Margarita, sin medios materiales y entre la persistente hostilidad de muchos, Don Bosco dio vida al Oratorio de San Francisco de Sales: era el lugar de encuentro dominical de los jóvenes que quisieran pasar un día de sana alegría, una pensión con escuelas de arte y oficios para los jóvenes trabajadores, y escuelas regulares para los estudios humanísticos, según una pedagogía que sería conocida en todo el mundo como “método preventivo” y basada en la religión, la razón y el amor. “La práctica del método preventivo se base toda en las palabras de San Pablo que dice: La caridad es benigna y paciente; sufre todo, pero espera todo y aguanta todo”.

Para asegurar la continuidad de su obra, San Juan Bosco fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (los Salesianos) y Hijas de María Auxiliadora (las Salesianas). Fue un fecundísimo escritor popular, fundó escuelas tipográficas, revistas y editoriales para el incremento de la prensa católica, la “buena prensa”. Aunque ajeno a las luchas políticas, prestó su servicio como intermediario entre la Santa Sede, el gobierno italiano y la casa Saboya.

Fue un santo risueño y amable, se sentía “sacerdote en la casa del pobre; sacerdote en el palacio del Rey y de los Ministros”. Buen polemista contra la secta de los Valdeses, según la mentalidad del tiempo, nunca se avergonzó de sus amistades con los protestantes y los hebreos de buena voluntad: “Condenamos los errores, escribió en el “Católico”, pero respetamos siempre a las personas”. San Juan Bosco murió el 31 de enero de 1888 y fue canonizado por Pío XI en 1934. 

EL EVANGELIO DE HOY: 31.01.2014

utor: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
La semilla que crece
Marcos 4, 26-34. Tiempo Ordinario. Cuida tu vida interior que crece como una pequeña semilla.
 
La semilla que crece
Del santo Evangelio según san Marcos 4, 26-34 

También decía: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega». Decía también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra». Y les anunciaba la Palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle; no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado. 

Oración introductoria

Ven, Espíritu Santo, guía esta oración para que se convierta en esa semilla que fructifique en obras buenas. Creo, espero y te amo, haz que mi fe crezca, mi esperanza se fortalezca y mi caridad se multiplique.

Petición

Señor multiplica, para bien de la Iglesia y el triunfo de tu Reino, los frutos de mi apostolado.

Meditación del Papa Francisco

También la Parábola del Sembrador es construida en el tiempo: siembra, después viene la lluvia y crece. ¿Qué hace en nosotros, qué hacen las riquezas y que qué cosa hacen las preocupaciones? Simplemente te quitan el tiempo. Toda nuestra vida está basada en tres pilares: uno en el pasado, uno en el presente y otro en el futuro. El pilar del pasado es el de la elección del Señor. Cada uno de nosotros puede decir, efectivamente, que el Señor me ha elegido, me ha amado, me ha dicho ´ven´ y con el Bautismo me eligió para ir por un camino, el camino cristiano.
El futuro, por el contrario, significa caminar hacia una promesa, el Señor nos ha hecho una promesa. El presente entonces, es nuestra respuesta a este Dios tan bueno que me eligió. Hace promesa, me propone una alianza y yo hago una alianza con Él. Por lo tanto, estos son los tres pilares: "elección, alianza y promesa".(S.S. Francisco, 22 de junio de 2013, misa matutina en santa Marta). 

Reflexión

¿No es ésta la más pequeña de entre todas las semillas? Y aún así es el más grande de todos los arbustos. Así es la vida interior, y Cristo nos la ha dado ha conocer de esa misma manera.

Lo único que se tiene que hacer para poseer ese magnifico arbusto es cultivar esa pequeña semillita hasta que crezca totalmente. Así la vida interior, en un principio es como una pequeña semilla, posteriormente, dentro de nuestro corazón, crece tanto que llena todo el corazón. Es como el amor que da verdadera felicidad, es tan pequeño al inicio que hay que irlo cultivando para que crezca y se fortalezca. Poco a poco éste se hace más fuerte hasta que se mantiene en pie por sí solo, pero sigue siendo frágil, porque cualquier hachazo puede derribarlo, por lo tanto necesita un cuidado continuo.

Esto es lo que hay que hacer con la vida interior, cuidarla cuando este bien crecidita, para que ningún hacha o sierra eléctrica nos lo vaya a echar para abajo.

Propósito

Como rama viva de la Iglesia, buscaré sostener a otros con mi oración y testimonio de vida cristiana coherente.

Diálogo con Cristo

Jesús, ayúdame a cumplir mi misión de vivir un cristianismo activo al servicio de tu Iglesia. Ayúdame a ser el instrumento para que otras personas encuentren a Dios. 
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