lunes, 30 de abril de 2018

EL TORDO GOLOSO


El tordo goloso




No hay cosa que tranquilice tanto el corazón como tener dominio de sí mismo. Es la mejor preparación para el combate de la vida. Sufrir una ligera palabra, condescender con la voluntad del prójimo, excusar una indiscreción, mortificar un deseo peligroso, he aquí un elenco de actos virtuosos al alcance de todo el mundo y que se te presentan a cada paso.

Un tordo picoteaba los granos de un bosquecillo de mirtos y, complacido por la dulzura de sus pepitas, no se decidía a abandonarlo. Un jovenzuelo que cazaba pájaros observó que el tordo se acostumbraba al lugar. Un día lo esperó escondido y lo hirió con su honda. Entonces el tordo, viendo próximo su fin, exclamó: — ¡Desgraciado de mí! ¡Por el placer de comer me he privado de la vida! (Esopo)

Serás maduro cuando normalmente tengas la habilidad de controlar los deseos desordenados. Otro signo de madurez es la capacidad de posponer el placer inmediato en favor de un beneficio a largo plazo. Acepta el desafío de transformar este año en un año de crecimiento.



* Enviado por el P. Natalio

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