ORACIONES A LA VIRGEN MARÍA

























































































ACUÉRDATE...

Acuérdate,
¡oh piadosísima, Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que
han acudido a tu protección,
implorando tu auxilio
haya sido abandonado de Ti.

Animado con esta confianza,
a Ti también yo acudo,
y me atrevo a implorarte
a pesar del peso de mis pecados.

¡Oh Madre del Verbo!,
no desatiendas mis súplicas,
antes bien acógelas benignamente. Amén




Soy todo tuyo, María



Virgen María, Madre mía.

Me consagro a ti y confío en tus manos toda mi existencia.
Acepta mi pasado con todo lo que fue.
Acepta mi presente con todo lo que es.
Acepta mi futuro con todo lo que será.

Con esta total consagración, te confío cuanto tengo y cuanto soy, todo lo que he recibido de Dios.
Te confío mi inteligencia,
Mi voluntad, mi corazón.

Deposito en tus manos mi libertad;
mis ansias y mis temores;
mis esperanzas y mis deseos;
mis tristezas y mis alegrías.

Custodia mi vida y todos mis actos para que le sea más fiel al Señor,
y con tu ayuda alcance la salvación.

Te confío ¡Oh María!
Mi cuerpo y mis sentidos
para que se conserven puro
y me ayuden en el ejercicio de las virtudes.

Te confío mi alma para que Tú la preserves del mal.

Hazme partícipe de una santidad, igual a la tuya.

Hazme conforme a Cristo, ideal de mi vida.

Te confío mi entusiasmo
y el ardor de mi juventud,
Para que Tú me ayudes
a no envejecer en la fe.

Te confío mi capacidad y deseo de amar,
Enséñame y ayúdame a amar como Tú has amado
y como Jesús quiere que se ame.

Te confío mi incertidumbres y angustias,
para que en tu corazón yo encuentre
seguridad, sostén y luz,
en cada instante de mi vida.

Con esta consagración
me comprometo a imitar tu vida.
Acepto las renuncias y sacrificios
que esta elección comporta,

Y te prometo, con la gracia de Dios
y con tu ayuda,
ser fiel al compromiso asumido.
Oh María, soberana de mi vida
y de mi conducta

Dispón de mí y de todo lo que me pertenece,
para que camine siempre junto al Señor
bajo tu mirada de Madre.

¡Oh María!
Soy todo tuyo
y todo lo que poseo te pertenece
Ahora y siempre.

AMEN






Magnificat
(Lc 1, 46-55)

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.




Oración a María Reina


Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los cielos. Reina dignísima del mundo, María Virgen perpetua, intercede por nuestra paz y salud, tú que engendraste a Cristo Señor, Salvador de todos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.




Oración por la vida 
Escrita por Juan Pablo II


Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a Ti confiamos la causa de la vida: mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad. 

Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida. 
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida. Amén



NOVENA DE EMERGENCIA A LA VIRGEN MARÍA


“Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado por Vos.

Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos.

Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.


Santa Teresa de Calcuta




Bendita sea tu pureza

Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada, María,
te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, Madre mía¡



Oración a la Santísima Virgen María por los
 Diáconos Permanentes


MARÍA,

Maestra de fe, que con tu obediencia a la Palabra de Dios, has colaborado de modo eximio en la obra de la Redención, haz fructuoso el ministerio de los diáconos, enseñándoles a escuchar y anunciar con la fe de la Palabra.

MARÍA, 

Maestra de caridad, que con tu plena disponibilidad al llamado de Dios, has cooperado al nacimiento de los fieles en la Iglesia, haz fecundo el ministerio y la vida de los diáconos, enseñándoles a donarse en el servicio del Pueblo de Dios.

MARÍA, 

Maestra de oración, que con tu materna intercesión, has sostenido y ayudado a la Iglesia naciente, haz que los diáconos estén siempre atentos a las necesidades de los fieles, enseñándoles a descubrir el valor de la oración.

MARÍA,

Maestra de humildad, que por tu profunda conciencia de ser la Sierva del Señor has sido llena del Espíritu Santo, haz que los diáconos sean dóciles instrumentos de la redención de Cristo, enseñándoles la grandeza de hacerse pequeños.

MARÍA, 

Maestra del servicio oculto, que con tu vida normal y ordinaria llena de amor, has sabido secundar de manera ejemplar el plan salvífico de Dios, haz que los diáconos sean siervos buenos y fieles, enseñándoles la alegría de servir en la Iglesia con ardiente amor.

AMÉN.




La Salve



Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva;
a Ti suspiramos,
gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues,
Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos,
y después de este destierro
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
D- Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
T- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.



ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA


Madre mía: Desde que amanece el día, bendíceme; 
en lo rudo del trabajo, ayúdame; 
si vacilo en mis buenas decisiones, fortaléceme; 
en las tentaciones y peligros, defiéndeme; 
si desfallezco, sálvame y al cielo llévame.
Amén.


DULZURA DE LOS ÁNGELES



Dulzura de los ángeles, alegría de los afligidos, 
abogada de los cristianos, Virgen madre del Señor, protégeme y sálvame de los sufrimientos eternos.

María, purísimo incensario de oro, que ha contenido a la Trinidad excelsa; en ti se ha complacido el Padre, ha habitado el Hijo, y el Espíritu Santo, que cubriéndote con su sombra, Virgen, te ha hecho madre de Dios.

Nosotros nos alegramos en ti, Theotókos; tú eres nuestra defensa ante Dios. Extiende tu mano invencible y aplasta a nuestros enemigos. Manda a tus siervos el socorro del cielo.

Amén.


Bajo tu amparo

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desoigas nuestras súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.

Amén



ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA:

Madre mía: Desde que amanece el día, bendíceme; 
en lo rudo del trabajo, ayúdame; 
si vacilo en mis buenas decisiones, fortaléceme; 
en las tentaciones y peligros, defiéndeme; 
si desfallezco, sálvame y al cielo llévame.
Amén.




Madre mía: Desde que amanece el día, bendíceme; 
en lo rudo del trabajo, ayúdame; 
si vacilo en mis buenas decisiones, fortaléceme; 
en las tentaciones y peligros, defiéndeme; 
si desfallezco, sálvame y al cielo llévame.
Amén.




ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA
ANTE LAS TENTACIONES


Madre querida acógeme en tu regazo, cúbreme con tu manto protector y con ese dulce cariño que nos tienes a tus hijos aleja de mí las trampas del enemigo, e intercede intensamente para impedir que sus astucias me hagan caer. A Ti me confío y en tu intercesión espero. Amén.




OFRECIMIENTO A LA SANTÍSIMA VIRGEN

¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo Oh Madre de bondad, guardame y defiéndeme como a pertenencia y posesión tuya. Amén.





Querida madre (oración para niños)



Querida Madre. Acompáñame todos los días.

Ayúdame a portarme bien
y ser un buen hijo, servicial y atento
para lo que necesiten mis papás.

Quiero ser un buen hermano,
que no discuta ni me pelee tan fácil
por cosas que no son importantes.

Dame una manito en las cosas de la escuela
y ayúdame a tener siempre
una sonrisa para todos los que me rodean.

Ayúdame a vivir haciendo el bien,
como le enseñaste a tu hijo Jesús.

Ayúdame a ser como El y quererle con el alma y la vida.




CONSAGRACIÓN
 A LA VIRGEN MARÍA


¡Oh Madre, quiero consagrarme a Ti!
Virgen María, hoy consagro mi vida a Ti, 
siento necesidad constante de tu presencia en mi vida.
Para que me protejas, me guíes y me consueles.

Se que en Ti mi alma encontrará reposo,
y la angustia en mi no entrará.
Mi derrota se convertirá en victoria, 
mi fatiga en fortaleza. Amén



La Salve



Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva;
a Ti suspiramos,
gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues,
Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos,
y después de este destierro
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
D- Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
T- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.



VIRGEN FIEL, PODEROSA Y CLEMENTE



¡Oh Virgen naciente, esperanza y aurora de la salvación para todo el mundo!, vuelve benigna tu mirada maternal hacia todos nosotros, reunidos aquí para celebrar y proclamar tus glorias.

¡ Oh Virgen fiel, que fuiste siempre solícita y dispuesta a recibir, conservar y meditar la Palabra de Dios!, haz que también nosotros, en medio de las dramáticas vicisitudes de la historia, sepamos mantener siempre intacta nuestra fe cristiana, tesoro preciado transmitido por nuestros padres.

¡Oh Virgen poderosa, que con tu pie aplastas la cabeza de la serpiente tentadora!, haz que cumplamos, día tras día, nuestras promesas bautismales, con las que hemos renunciado a Satanás, a sus obras y seducciones, y sepamos dar al mundo un gozoso testimonio de esperanza cristiana.

¡ Oh Virgen clemente, que siempre has abierto tu corazón maternal a las invocaciones de la humanidad, a veces lacerada por el desamor y hasta, desgraciadamente, por el odio y la guerra! enséñanos a crecer, todos juntos, según las enseñanzas de tu Hijo, en la unidad y en la paz, para ser dignos hijos del único Padre celestial. Amén.



Oración por un enfermo, enseñada por la Reina de la Paz


El 22 de junio de 1985, la Virgen dictó a Jélena Vasilij esta oración por un enfermo. A este propósito la Virgen ha dicho: "Queridos hijos: ¡La oración más hermosa que podéis rezar por un enfermo es precisamente ésta!

La Virgen ha añadido a Jélena que el mismo Jesús la ha aconsejado. Jesús quiere que, durante el rezo de esta plegaria, tanto el enfermo como quien intercede por él se abandonen con confianza en las manos de Dios.

(Recitad tres veces el Gloria, antes de esta oración) 

“Oh, Dios mío, el enfermo que se encuentra ante Ti ha venido a exponerte su deseo, pidiéndote lo que juzga ser para él la cosa más importante. Dios mío, infunde Tú en su corazón este convencimiento: ¡Lo importante es que gocemos de salud en el alma! ¡Que se cumpla en todo, Señor, sobre él tu santa voluntad! Si quieres su curación, que se cure, pero si tu voluntad es otra, que siga llevando su cruz.

También te pido por cuantos intercedemos por él: purifica nuestros corazones para que seamos dignos de transmitir, por nuestro medio, tu divina misericordia. Señor, protégelo y alivia sus penas. Que se cumpla en él tu santa voluntad. Que sea revelado por su medio tu Santo Nombre. Ayúdale a llevar con valentía su cruz.”






SÚPLICA A LA VIRGEN MARÍA
PARA SER BUEN CRISTIANO
(San Efrén)



Santísima Señora, Madre de Dios; tú eres la más pura de alma y cuerpo, que vives más allá de toda pureza, de toda castidad, de toda virginidad; la única morada de toda la gracia del Espíritu Santo; que sobrepasas incomparablemente a las potencias espirituales en pureza, en santidad de alma y cuerpo; mírame culpable, impuro, manchado en el alma y en el cuerpo por los vicios de mi vida impura y llena de pecado; purifica mi espíritu de sus pasiones; santifica y encamina mis pensamientos errantes y ciegos; regula y dirige mis sentidos; líbrame de la detestable e infame tiranía de las inclinaciones y pasiones impuras; anula en mí el imperio de mi pecado; da la sabiduría y el discernimiento a mi espíritu en tinieblas, miserable, para que me corrija de mis faltas y de mis caídas, y así, libre de las tinieblas del pecado, sea hallado digno de glorificarte, de cantarte libremente, verdadera madre de la verdadera Luz, Cristo Dios nuestro. Pues sólo con Él y por Él eres bendita y glorificada por toda criatura, invisible y visible, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.



ORACIÓN A SANTA MARÍA
(L. de Grandmaison)



Santa María, Madre de Dios, consérvame un corazón de niño, puro y cristalino como una fuente. Dame un corazón sencillo que no saboree las tristezas; un corazón grande para entregarse, tierno en la compasión; un corazón fiel y generoso que no olvide ningún bien ni guarde rencor por ningún mal. Fórmame un corazón manso y humilde, amante sin pedir retorno, gozoso al desaparecer en otro corazón ante tu divino Hijo; un corazón grande e indomable que con ninguna ingratitud se cierre, que con ninguna indiferencia se canse; un corazón atormentado por la gloria de Jesucristo, herido de su amor, con herida que sólo se cure en el cielo.

Amén.




Laudes a María
Casiano Floristán 



«Dios te salve, María», 
doncella agraciada de Nazaret, 
nacida inmaculada. 
Salve, mujer del pueblo, 
creyente, pobre y sencilla, 
abierta a la sabiduría divina. 
Salve, espejo y resto de Israel, 
vivo rescoldo entre cenizas, 
en espera del cumplimiento 
de las promesas del Dios.

«Alégrate, María, llena de gracia, 
Dios está contigo». 
Así re saludó el ángel Gabriel, 
cuando estabas prometida 
con José, varón justo de Nazaret. 
Te anunció que serías fecunda 
a la sombra del Espíritu 
y darías a luz un hijo, llamado Jesús. 
Fuiste oyente de la palabra, 
obediente y activa, privilegiada, 
llena de gracia y hermosura.

«Dichosa fuiste, María», 
cuando embarazada 
subiste presurosa a la montaña, 
a visitar a Isabel, 
para comunicarle la buena nueva
del adviento del Señor, 
y recibir el elogio de ser 
la más dichosa de las mujeres.

«Bienaventurada eres, María», 
presente en las bodas de Caná, 
atenta a las penurias humanas 
y a la palabra salvadora de tu Hijo, 
«Haced lo que él os diga», 
dijiste al maestresala de la gran Boda, 
en medio de los ajetreos de una boda humilde. 
Eres María, hija de Sión, 
la mujer nueva.

Bendito es tu seno, madre de Jesús y madre nuestra. 
Así te alabó una mujer del pueblo, 
maravillada de m dicha materna. 
Una alabanza mayor 
recibiste de tu hijo Jesús, 
cuando sentenció: «Más dichosos son 
los que cumplen la palabra de Dios».

Serena y dolorosa, 
de pie, junto a la cruz, 
modelo de creyentes, 
madre de la Iglesia. 
Al cielo te llevaron los ángeles 
palmo a palmo, 
por la gracia de Dios. 
«Dios re salve, María». 




INVOCA A MARÍA



Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas con los escollos de la tentación, mira a la estrella, llama a María.

Si te agitan las olas de la soberbia, de la ambición o de la envidia, mira a la estrella, llama a María.

Si la ira, la avaricia o la impureza impelen violentamente la nave de tu alma, mira a María.

Si turbado con la memoria de tus pecados, confuso ante la fealdad de tu conciencia, temeroso ante la idea del juicio, comienzas a hundirte en la sima sin fondo de la tristeza o en el abismo de la desesperación, piensa en María.

En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir su ayuda intercesora no te apartes tú de los ejemplos de su virtud. No te descaminarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en ella piensas.

Si ella te tiene de su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás sí es tu guía; llegarás felizmente al puerto si Ella te ampara

San Bernardo.



SUPLICAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA



Dame tus ojos, Madre, para saber mirar;
si miro con tus ojos jamás podré pecar.



Dame tus labios, Madre para poder rezar,
si rezo con tus labios Jesús me escuchara.



Dame tu lengua, Madre, para ir a comulgar,
es tu lengua, paterna de gracia y santidad.



Dame tus labios, Madre, que quiero trabajar,
entonces mi trabajo valdrá una eternidad.



Dame tu manto, Madre, que cubra mi maldad,
cubriendo con tu manto al cielo he de llegar.



Dame tu cielo, Oh Madre, para poder gozar,
si tu me das Cielo, que mas puedo anhelar?.



Dame Jesús, Oh Madre, para poder amar,
esta será mi dicha por una eternidad.




SOY TODO TUYO MARÍA
San Juan Pablo II


Virgen María, Madre mía
Me consagro a ti y confío en tus manos
Toda mi existencia.

Acepta mi pasado con todo lo que fue.
Acepta mi presente con todo lo que es.
Acepta mi futuro con todo lo que será.
Con esta total consagración
Te confío cuanto tengo y cuanto soy,
Todo lo que he recibido de Dios.

Te confío mi inteligencia,
Mi voluntad, mi corazón.
Deposito en tus manos mi libertad;
Mis ansias y mis temores;
Mis esperanzas y mis deseos;
Mis tristezas y mis alegrías.

Custodia mi vida y todos mis actos
Para que le sea más fiel al Señor
Y con tu ayuda alcance la salvación.
Te confío ¡Oh María! Mi cuerpo y mis sentidos
Para que se conserven puro
Y me ayuden en el ejercicio de las virtudes.
Te confío mi alma
Para que Tú la preserves del mal.
Hazme partícipe de una santidad

Igual a la tuya:
Hazme conforme a Cristo,
Ideal de mi vida.
Te confío mi entusiasmo
Y el ardor de mi juventud,

Para que Tú me ayudes a no envejecer en la fe.
Te confío mi capacidad y deseo de amar,
Enséñame y ayúdame a amar
Como Tú has amado y como Jesús quiere que se ame.
Te confío mi incertidumbres y angustias,
Para que en tu corazón yo encuentre
Seguridad, sostén y luz,
En cada instante de mi vida.

Con esta consagración
Me comprometo a imitar tu vida.
Acepto las renuncias y sacrificios
Que esta elección comporta,
Y te prometo, con la gracia de Dios
Y con tu ayuda,
Ser fiel al compromiso asumido.

Oh María, soberana de mi vida
Y de mi conducta
Dispón de mí y de todo lo que me pertenece,
Para que camine siempre junto al Señor
Bajo tu mirada de Madre.
¡Oh María!
Soy todo tuyo
Y todo lo que poseo te pertenece
Ahora y siempre.

AMEN.




Regina Coeli


Benedicto XIV estableció, en 1742, que durante el tiempo Pascual (desde la Resurrección del Señor hasta el día de Pentecostés) se sustituyera el rezo del Ángelus por la antífona "Regina Coeli".

G: Reina del cielo, alégrate, aleluya. 
T: Porque el Señor, a quien has llevado en tu vientre, aleluya. 

G: Ha resucitado según su palabra, aleluya.
T: Ruega al Señor por nosotros, aleluya. 

G: Goza y alégrate Virgen María, aleluya. 
T: Porque en verdad ha resucitado el Señor, aleluya. 

Oremos: 

Oh Dios, que por la resurrección de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a los gozos eternos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen. 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen. (tres veces)




Oración de los novios a la Virgen



Madre Nuestra:

En tu nombre hemos unido nuestros corazones. Queremos que presidas nuestro amor; que defiendas, conserves y aumentes nuestra ilusión. Quita de nuestro camino cualquier obstáculo que haga nacer la sombra o las dudas entre los dos.

Apártanos del egoísmo que paraliza el verdadero amor.

Líbranos de la ligereza que pone en peligro la Gracia de nuestras almas.
Haz que, abriéndonos nuestras almas, merezcamos la maravilla de encontrar a Dios el uno en el otro.

Haz que nuestro trabajo sea ayuda y estímulo para lograrlos plenamente. Conserva la salud de nuestros cuerpos. Resuelve necesidades materiales.

Y haz que el sueño de un hogar nuevo y de unos hijos nacidos de nuestro amor y del cuerpo, sean realidad y camino que nos lleve rectamente a tu Corazón. Amén.




Acto de Consagración a la Virgen María



¡Oh Señora mía, 
oh Madre mía!, 
yo me entrego del todo a Ti 
y en prueba de mi afecto, 
con amor filial 
te consagro en este día: 
todo lo que soy, todo lo que tengo. 
Guarda y protege, 
y también defiende a este hijo tuyo, 
que así sea.


10 comentarios:

  1. Mi felicitación por las estampas, que son muy buenas y educativas. ¡En hora buena!

    Pero ¡oh dolor, oh infamia! En unas estampas de María Santísima habéis cometido el tremendo error de adjuntar la imagen fatídica, apocalíptica y demencial de Karol Wojtyla, cuya alma, muy posiblemente esté en el Infierno. Permitidme os diga que no sois católicos, sí protestantes, herejes y perjuros, a Cristo y a su Iglesia. Nicolás Cobo. Espero vuestra respuesta.

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    Respuestas
    1. El que se va ir al infierno derechito y sin escalas eres tu que eres el mismito chamucho.

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  2. Dios te bendiga, gracias por tu comentario, algo que me enseñaron de niña es a respetar las ideas de las personas y demostrar mi toleracia con respeto y educación, no soy de las personas que juzga al prójimo. Un abrazo!

    PazenlaTormenta

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  3. QUE BELLEZA DE IMAGENES, MUY PRECIOSO, DIOS LES SIGA BENDICIENDO, QUISIERA PODER COMPARTIRLAS...PERO TRISTEMENTE SALE EL COMENTARIO DEL SEÑOR QUE HABLA DEL AHORA BEATO NUESTRO AMADO JUAN PABLO, CON RESPETO, HUMILDA Y CORTESIA...PODRIAN BORRAR ESE COMENTARIO POR FAVOR????...ASO PODRE COMPARTIR Y ESTOY SEGURO QUE MUCHOS MAS..BENDICIONES!

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  4. NO HAY PEOR CADENA QUE LA QUE SE TEJE, NI PEOR PALABRA QUE LA QUE SE PRONUNCIA, POR ESO CALLAD. CALLAD SIEMPRE, DIOS ES GRANDE Y TODO LO VE, TODO LO OYE, TODO LO PERDONA.
    NO SIGAS TEJIENDO CADENAS DE ODIO, RENCOR, RESENTIMIENTO, QUIEN MAS QUE DIOS PARA JUZGAR, Y DECIDIR POR LA VIDA Y LAS PALABRAS DE CADA QUIEN.
    DEJAD QUE DIOS, ESCOJA LAS OVEJAS QUE IRÁN A SU REINO.

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  5. Felicidades por tan bonito blog, es de gran Bendicion para ti, predicar el evangelio y las devociones catolicas de esta manera tan hermosa, que Dios continue llenandote de su gracia para que la enseñes al mundo por medio de tu pagina. Bendiciones, Abrazos en Cristo...

    Annita

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  6. que bonito blog que DIOS te siga bendiciendo para que sigas llevando el mensaje de DIOS A TRAVES DE TU BLOG Y A TODOS LOS QUE COMENTAN RECORDEMOS UNIR Y NO DESPARRAMAR DEMOSTREMOS NUESTRO CATOLICISMO BENDICIONES

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  7. Me encanta su trabajo y dedicación cada una de estas estampas me alegran el corazón y quiero adjuntar algunas de ellas para los mensajes de todos los que que conozco darlas a conocer lo mismo que su blog, me sirven de meditación, de oración, de ejemplo para muchos jóvenes que comparten nuestras ideas. Dios la Bendiga , la Santíma Virgen la Proteja, me gustaría algún día conocerla.
    Alegria.

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  8. Hola mi querida hermana valoro tu maravilloso trabajo
    Que el Señor y Nuestra Virgen Santísima bendigan tu hermoso

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