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sábado, 9 de septiembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 9 SEPTIEMBRE 2017


Lecturas de hoy Sábado de la 22ª semana del Tiempo Ordinario



Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (1,21-23):

Antes estabais también vosotros alejados de Dios y erais enemigos suyos por la mentalidad que engendraban vuestras malas acciones; ahora, en cambio, gracias a la muerte que Cristo sufrió en su cuerpo de carne, Dios os ha reconciliado para haceros santos, sin mancha y sin reproche en su presencia. La condición es que permanezcáis cimentados y estables en la fe, e inamovibles en la esperanza del Evangelio que escuchasteis. En el mismo que se proclama en la creación entera bajo el cielo, y yo, Pablo, fui nombrado su ministro.

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 53,3-4.6.8

R/. Dios es mi auxilio

Oh Dios, sálvame por tu nombre, 
sal por mi con tu poder. 
Oh Dios, escucha mi súplica, 
atiende a mis palabras. R/.

Pero Dios es mi auxilio, 
el Señor sostiene mi vida. 
Te ofreceré un sacrificio voluntario, 
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,1-5):

Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano. 
Unos fariseos les preguntaron: «¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?» 
Jesús les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros.» 
Y añadió: «El Hijo del hombre es señor del sábado.»

Palabra del Señor

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Enséñanos a mirar para saber elegir

¡Qué importante es saber mirar! Nuestra mirada siempre es selectiva. No tenemos capacidad para verlo todo en toda su verdad. Es imposible. Así que, lo sepamos o no, nuestros sentidos eligen e interpretan la realidad. El texto de hoy es un ejemplo claro. Tanto los fariseos como Jesús y sus discípulos eran judíos. Ambos conocían la Ley y el sábado. Ambos buscaban a Dios y querían ser fieles. Ambos habrían leído muchas veces aquello que hizo David cuando sus hombres sintieron hambre. Pero cada uno lo interpretó de una manera bien distinta. Una vez más, la preocupación humana por la letra pequeña, los legalismos, el cumplimiento estrecho. Y una vez más Jesús empeñado en abrirnos la mente, la mirada y el corazón; en ampliarnos la perspectiva, el “zoom” de nuestra vida. 

La cuestión no es dejar de cumplir el Sábado, día santo de descanso recordando que también Dios descansó tras crear cuanto existe. Tampoco hoy se tratará de volatizar la Tradición y los mandamientos. Más bien creo que Jesús nos invita a discernir en cada momento qué es lo fundamental y qué queda por detrás. El hombre es señor del sábado. Y un ser humano hambriento está por encima de un precepto religioso. ¿Nos lo creemos? Porque, por desgracia, dos mil años después, sigue habiendo preceptos y sigue habiendo mucha hambre.

No es casual que este texto siga inmediatamente a la discusión de ayer sobre el ayuno. Os comparto dos textos antiguos que pueden iluminar esta íntima relación entre lo fundamental y lo accesorio:

“El Abba Antonio decía: Un día en el que estaba yo sentado junto al Abba Arfat, hizo acto de presencia un asceta y dijo: “Padre, he ayunado por espacio de doscientas semanas, comiendo solamente cada seis días, he aprendido el Antiguo y el Nuevo Testamento ¿qué me queda por hacer? Le respondió el anciano: ¿Es para ti el menosprecio igual que el honor? No, respondió. ¿La pérdida como la ganancia, los extraños como los parientes, la indigencia como la abundancia? No, respondió. El anciano concluyó: “Tú, ni has ayunado doscientas semanas, ni has aprendido el Antiguo Testamento, te estás engañando a ti mismo”. (PADRES DEL DESIERTO).

Que el que ayuna entienda bien lo que es el ayuno; que preste atención al hambriento quien quiera que Dios preste atención a su hambre; que se compadezca quien espera misericordia; que tenga piedad quien la busca; que responda quien desea que Dios le responda a él. Es un indigno suplicante quien pide para sí lo que niega a otro [...] El ayuno no germina si la misericordia no lo riega, el ayuno se torna infructuoso si la misericordia no lo fecundiza: lo que es la lluvia para la tierra, eso mismo es la misericordia para el ayuno" (S. PEDRO CRISOLOGO, Sermón 43).


Fuente: Ciudadredonda

miércoles, 6 de septiembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 6 SEPTIEMBRE 2017


Vigésimo segunda Semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
6 de Septiembre 2017

“ Tú eres el Hijo de Dios ”



Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1,1-8

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a los santos que viven en Colosas, hermanos fieles en Cristo. Os deseamos la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre. En nuestras oraciones damos siempre gracias por vosotros a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, desde que nos enteramos de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis a todos los santos. Os anima a esto la esperanza de lo que Dios os tiene reservado en los cielos, que ya conocisteis cuando llegó hasta vosotros por primera vez el Evangelio, la palabra, el mensaje de la verdad. Éste se sigue propagando y va dando fruto en el mundo entero, como ha ocurrido entre vosotros desde el día en que lo escuchasteis y comprendisteis de verdad la gracia de Dios. Fue Epafras quien os lo enseñó, nuestro querido compañero de servicio, fiel ministro de Cristo para con vosotros, el cual nos ha informado de vuestro amor en el Espíritu.



Salmo
Sal 51,10.11 R/. Confío en tu misericordia, Señor, por siempre jamás

Pero yo, como verde olivo,
en la casa de Dios,
confío en la misericordia de Dios
por siempre jamás. R/.

Te daré siempre gracias
porque has actuado;
proclamaré delante de tus fieles:
«Tu nombre es bueno.» R/.



Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 4,38-44

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en seguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando.
De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios.»
Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese.
Pero él les dijo: «También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado.»
Y predicaba en las sinagogas de Judea.



Reflexión del Evangelio de hoy
La Buena Noticia se predica y da frutos en el mundo entero


Inicia Pablo este escrito con el recuerdo de su condición de apóstol que debe a un llamado directo de Dios; a su tarea apostólica asocia a su amigo Timoteo y no duda en llamar santos a los cristianos de Colosas, que deben sentirse orgullosos  por su condición de creyentes y servicio a los demás. No silencia su gratitud porque la Palabra, que han recibido, ha florecido en ellos en la práctica habitual de las virtudes fundamentales: fe, que es unión fuerte con Cristo Jesús, la mejor razón de nuestro ser cristiano; caridad, que da a la fe la forma de hecho vital y se despliega en ayuda y cercanía solidaria con el hermano; estos dos pilares abocan en la esperanza, que, fundada en la Palabra, ese la evidente fuerza que nos habilita para vivir con evidente estilo cristiano. No tarda nada el apóstol para significar la indudable fuerza que la Palabra tiene en la comunidad cuando se le deja actuar; la Palabra, acogida con generosidad, fructifica siempre, pues va en las alas del Espíritu que es siempre dador de vida.

Tengo que anunciar el Reino de Dios, para eso me han enviado
La curación de la suegra de Pedro se describe como si se tratara de una expulsión demoníaca. Un exorcismo dibuja la curación; y el poder de Jesús se resalta con fuerza. A la curación sigue el servicio; ¿casualidad o coincidencia? Puede, pero en el evangelio no se da puntada sin hilo, y a toda manifestación de la fuerza salvadora de Jesús sigue la fuerza servicial que emana de la presencia del Maestro entre nosotros. El mal, sea físico o espiritual, deshumaniza a quien lo tiene; por eso, la cercanía del Señor en forma de curación es la presencia de Dios en el avatar de los humanos. Es la boca de los demonios la que proclama que Jesús es el Hijo de Dios, que Lucas lo lee como el Mesías de Israel. Y a diferencia de sus paisanos de Nazaret, los de Cafarnaún intentan retener al Maestro para que siga derrochando entre ellos el encanto de su Palabra; pero Jesús se evade de ellos, como hizo con sus paisanos. Reclama su condición de itinerante para, en libertad predicadora, anunciar el Evangelio del Reino a otras gentes, a otros pueblos.

El mejor elogio de Pablo a sus colaboradores es el de ser servidores del Evangelio, ¿la comunidad se afana en servir la causa evangélica?


Fr. Jesús Duque O.P.
Convento de Santo Domingo de Scala-Coeli (Córdoba)

martes, 5 de septiembre de 2017

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 5 SEPTIEMBRE 2017


Vigésimo segunda Semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
5 de septiembre 2017







Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5, 1-6. 9-11

En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.
Porque Dios no nos ha destinado al castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo; él murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos con él. Por eso, animaos mutuamente y ayudaos unos a otros a crecer, como ya lo hacéis.


Salmo
Sal 26,1.4.13-14 R/. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.


Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 4, 31-37

En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús le intimó: «¡Cierra la boca y sal!»
El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño.
Todos comentaban estupefactos: «¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen.» Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.



Reflexión del Evangelio de hoy
“Despiertos o dormidos, vivamos con él”   


Jesús, que es “la luz del mundo”, ha iluminado para siempre todos los rincones de nuestra existencia. Desde que nacemos hasta que morimos y resucitamos. Gracias a Él somos “hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas”. Por eso, encaramos nuestro destino último con serenidad, sabiendo que “Dios no nos ha destinado al castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Y desde el fondo de nuestro corazón agradecido le decimos: “Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. El Señor es mi luz y mi salvación ¿a quién temeré?”.

Este saber nuestro glorioso y felicitante destino último nos hace vivir nuestro trayecto terreno de tal manera que “estemos vigilantes y vivamos sobriamente”. Lo que equivale a vivir con intensidad el camino que nos ha trazado Jesús, luchando para que la tierra se parezca cada vez más cielo prometido, donde el amor, la verdad, la ayuda mutua fraterna, la justicia, la paz, la honradez, la ternura, el gozo… sean la moneda corriente en nuestro discurrir diario. Desde nuestro “vivir con él, ya despiertos o dormidos” viviremos siempre con sentido, con esperanza, con ilusión.

“Hablaba con autoridad”
¿Cuándo una persona nos asombra? Una respuesta muy general: cuando hace algo positivo fuera de lo común, que los demás no suelen hacer. Jesús asombraba a sus contemporáneos porque “hablaba con autoridad”. Hablar con autoridad significa hablar creyéndose lo que dice y viviendo lo que dice. Eso hace creíble a quien habla así. Parece ser que, ni entonces ni ahora, había ni hay muchas personas en los diferentes ámbitos de la vida, pero nosotros tenemos que resaltar en el nuestro, el religioso, que hablaban y hablen con autoridad.

Jesús, que además de hombre era Dios, era el Hijo de Dios, a su hablar con autoridad añadía realizar signos que no están normalmente al alcance de nosotros, de nuestras fuerzas humanas, como el que nos relata el evangelio de hoy: expulsar un demonio inmundo del corazón de un hombre, liberándole así de una fuerte atadura. Todos los cristianos, principalmente a los que nos toca el ministerio de la palabra, tenemos que pedir a Jesús que cuando prediquemos el evangelio hablemos siempre con autoridad. Que los que nos escuchan, asombrados digan: se cree lo que dice y además lo vive. Así predicó Jesús.


Fray Manuel Santos Sánchez
Real Convento de Predicadores (Valencia)

lunes, 4 de septiembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 4 DE SEPTIEMBRE 2017


Vigésimo segunda Semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
Lunes 4 de septiembre 2017



“ He venido para dar la Buena Noticia a los pobres ”



Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 4, 13-17

No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él. Esto es lo que os decimos como palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para cuando venga el Señor, no aventajaremos a los difuntos. Pues él mismo, el Señor, cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.



Salmo
Salmo responsorial Sal 95,1.3.4-5.11-12a.12b-13
R/. El Señor llega a regir la tierra

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R/.

Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar
y cuanto lo llena; vitoreen los campos
y cuanto hay en ellos. R/.

Aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega, ya llega
a regir la tierra: regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R/.


Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas, 4, 16-30

En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él.
Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.
Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo" y' "haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún".»
Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos habla en Israel en tiempos de] profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.



Reflexión del Evangelio de hoy
“¿No es éste el hijo de José?”

Mientras Jesús vivió en Nazaret fue un desconocido; sólo fue uno más, el hijo de José y de María; el hijo del carpintero (Mateo 13, 55). Así lo comentan los que escuchan hoy a Jesús en Nazaret, donde está, no viviendo, sino sólo de paso. “Hoy se cumple –les dice Jesús- esta Escritura: He sido enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor”.  Lo más humano, y, al mismo tiempo, lo más divino que se pudiera imaginar. Y, efectivamente, todo son parabienes, felicitaciones y bendiciones; quizá a la espera de que Jesús empezara a desplegar allí, en su pueblo, los poderes taumatúrgicos que habían oído de él en Cafarnaúm.

Jesús no busca el espectáculo, y así se lo indica. Y, los parabienes anteriores se convirtieron en abierto rechazo, hasta el punto de querer despeñarlo por un barranco. No les interesa un Jesús sólo liberador y salvador; quieren milagros: que cure a los enfermos, aunque vuelvan, por ley de vida, a enfermar; que resucite a sus muertos, aunque vuelvan a morir; que les alimente como cuando multiplicó el pan y los peces de forma milagrosa. En otra ocasión, no ya sus paisanos sino los fariseos y herodianos buscaron argumentos para poder condenar a muerte a Jesús (Mc 3, 1). Al final, lo lograron; pero el hijo de José cumplió su misión, nos entregó su Buena Noticia y nos liberó a perpetuidad.

¿Derechos de los seguidores de Jesús?
Como entonces los nazarenos, hoy somos nosotros los familiarizados con las “cosas de Dios”, los que frecuentamos la iglesia, los que sentimos que somos seguidores de Jesús, los que estamos en peligro de no descubrir su verdadero rostro. Sentirle tan cerca nos impide, a veces, conocerle bien. No dejamos lugar para el misterio. Tampoco dejamos espacio a que Cristo actúe como él cree conveniente, pretendemos imponerle nuestros esquemas religiosos: no aceptamos que nos sorprenda.

Y, cuando esto sucede, cuando Dios nos sorprende, a veces no lo entendemos. “Sus caminos no son nuestros caminos, ni sus planes los nuestros”. Entonces es cuando se conoce al auténtico seguidor de Jesús, al verdadero hijo de Dios. Dios no tiene por qué ceñirse a lo que nosotros pensamos o creemos mejor; al contrario, somos nosotros los que debemos estar intentando conocer o, al menos, intuir, las expectativas que tiene para nosotros en este momento concreto de nuestra vida. Luego, necesitaremos su gracia para ser capaces no sólo de responder, sino hacerlo como él espera de nosotros.

Ni siquiera como hijos, tenemos derecho alguno ante Dios. Nos basta con sentirnos hijos; con ser capaces de pedirle que ejerza de Padre. Y que esta filiación nos dé sólo confianza, paz, y nos empuje en dos direcciones: fraternidad universal y fijación para hacer de todos discípulos suyos.

Las personas con las que Jesús solía encontrarse eran los que creían que conocían a Dios y los que pensaban que se encontraban lejos de él. ¿Tú y yo en qué grupo nos sentimos?

Jesús suspiraba por almas nuevas, con un corazón tan limpio que les fuera fácil sorprenderse ante el proceder de su Padre, Dios. ¿Te sientes uno de ellos?


Fray Hermelindo Fernández Rodríguez
La Virgen del Camino

domingo, 3 de septiembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 3 DE SEPTIEMBRE 2017


Domingo 22º del Tiempo Ordinario – Ciclo A
Domingo 3 de Septiembre de 2017

“Perder el mundo para ganarte a Ti“



Primera lectura

Lectura del libro de Jeremías (20,7-9):

Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; me forzaste y me pudiste. Yo era el hazmerreir todo el día, todos se burlaban de mí. Siempre que hablo tengo que gritar: «Violencia», proclamando: «Destrucción.» La palabra del Señor se volvió para mí oprobio y desprecio todo el día. Me dije: «No me acordaré de él, no hablaré más en su nombre»; pero ella era en mis entrañas fuego ardiente, encerrado en los huesos; intentaba contenerlo, y no podía.

Palabra de Dios

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Salmo

Sal 62,2.3-4.5-6.8-9

R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.R/.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.

Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R/.

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Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (12,1-2):

Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

Palabra de Dios

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Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,21-27):

En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte.»
Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas corno los hombres, no como Dios.»
Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.»

Palabra del Señor

sábado, 2 de septiembre de 2017

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 2 DE SEPTIEMBRE 2017


Vigésimo primera Semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
Sábado 2 de Septiembre


“ …al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene ”




Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 4, 9-11

Hermanos:
Acerca del amor fraterno no hace falta que os escriba, porque Dios mismo os ha enseñado a amaros los unos a los otros.
Como ya lo hacéis con todos los hermanos de Macedonia.
Hermanos, os exhortamos a seguir progresando: esforzaos por mantener la calma, ocupándoos de vuestros propios asuntos y trabajando con vuestras propias manos, como os lo tenemos mandado.



Salmo
Sal 97, 1. 7-8. 9 R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

Cantad al Señor un cántico nuevo, 
porque ha hecho maravillas: 
su diestra le ha dado la victoria, 
su santo brazo. R.

Retumbe el mar y cuanto contiene, 
la tierra y cuantos la habitan; 
aplaudan los ríos, aclamen los montes. R.

Al Señor, que llega para regir la tierra. 
Regirá el orbe con justicia 
y los pueblos con rectitud. R.


Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 14-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
-«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.
El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos.
En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos.
Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:
"Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco."
Su señor le dijo:
"Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."
Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo:
"Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos."
Su señor le dijo:
"Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor. "
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo:
"Señor, sabia que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo."
El señor le respondió:
"Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabias que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes."»


Reflexión del Evangelio de hoy
Esforzaos…trabajando con vuestras propias manos

El texto de la primera lectura nos presenta el primer escrito del Nuevo Testamento (año 51). Pablo evangeliza Tesalónica, junto a Silas, en su segundo viaje misionero. Sin embargo, tiene que huir precipitadamente a Atenas, dejando a medias la evangelización de la ciudad por la oposición que encuentra en los judíos (Hch 17,5-10). Esta comunidad queda con una formación cristiana deficiente, con dificultades en lo relativo al amor fraterno, y no tienen claro lo que respecta a la parusía del Señor (segunda venida del Señor) y a la resurrección de los muertos, lo que conlleva un mal planteamiento de la vida en relación al trabajo. Consideran que si el Señor va a venir pronto, ya no es necesario trabajar, ni ocuparse de los asuntos de la vida cotidiana. Ante la imposibilidad de Pablo de volver a la ciudad y completar la formación, decide escribir esta carta.

Precisamente el texto que nos presenta la liturgia de hoy es una exhortación al amor fraterno y al trabajo. Respecto al primero, Pablo afirma que Dios les ha enseñado a amarse los unos a los otros, pero han de seguir progresando en ese camino. El amor es una tarea permanente que no puede descuidarse. Exige continuamente poner en juego todo lo que somos y tenemos, puesto que es el primer testimonio, es signo y preludio de la fraternidad universal del Reino.

En relación al trabajo, como hemos visto, los tesalonicenses, en la espera inmediata de la venida del Señor, han decidido que ya no es necesario trabajar. En este contexto, Pablo, anima a vivir el trabajo como forma de honestidad: “el que no trabaja que no coma” (2 Ts 3,10). Vivir del propio trabajo dignifica al ser humano y a la vez constituye el empeño por construir un mundo mejor, más justo, más humano, más fraterno. No podemos olvidar que todas las dimensiones del ser humano han de ser leídas y vividas a la luz de la Buena Noticia del Reino, también el trabajo. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿cómo vivo mi actividad laboral: ¿es sólo un medio de vida? ¿Lo vivo como una forma de construir un mundo más humano?¿Comparto con otros el trabajo, como un bien escaso que es?

Siervo negligente y holgazán
El texto del evangelio de hoy pertenece al discurso escatológico de Jesús (24,3-25,46). Nuestra parábola está en la línea de otras anteriores, en que se invita a vigilar atenta y responsablemente, mientras se espera la segunda venida del Señor. Tiene tres partes:

a) El Señor se marcha y entrega a cada siervo una cantidad (14-15)

En la ausencia del Señor era posible que éste repartiera una serie de bienes a sus empleados para que negociaran con ellos. Hay que subrayar que al distribuir los talentos, no se da a todos lo mismo sino a cada uno según “su capacidad” (v. 15). Con ello se indica que nadie se ve exigido por encima de sus posibilidades Dios no nos pide lo que no podemos dar.

b) Descripción de lo que hace cada uno en su ausencia(16-18)

A continuación el texto indica que los dos primeros “inmediatamente se ponen a negociar (ergázomai)” (vv.16-17). Este verbo en el evangelio mateano tiene el matiz de trabajar por Cristo (Mt 7,23). Ambos obtienen el doble de lo recibido; en cambio, el último, lo esconde en tierra (v. 18), lo que llevara al relato a centrarse en él.

c) El dueño vuelve y pide cuentas (19-30)

A la vuelta del Señor se presentan uno a uno para rendirle cuentas. Para los dos primeros se repítela misma fórmula: “Siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor (vv. 19-21; 22-23). Hay que señalar que el dueño no remarca el dinero obtenido, sino el haber hecho fructificar al máximo lo recibido. Contrasta el tercero (vv.24-30), quien devuelve intacto el talento.

Este siervo no ha hecho nada censurable, sólo ha cumplido con su deber: no ha robado a su amo, ni ha perdido la propiedad que se le había confiado y por supuesto, la restituye intacta. A pesar de todo, el amo le reprende duramente: “siervo negligente y holgazán”. El Señor le amonesta porque se ha limitado a conservar; no ha puesto en juego el espíritu de iniciativa, ni ha arriesgado nada. La parábola critica a aquellos que sabiéndose discípulos de Jesús, no son capaces de ir más allá de lo establecido y lo mandado, no asumen correr riesgos, poniendo su inteligencia, iniciativa y creatividad al servicio del Reino. Éste exige todas nuestras capacidades y habilidades para que pueda desplegar en nosotros y nuestros hermanos, su fuerza humanizadora. La parábola constituye un despertador a la responsabilidad personal en esta tarea ¿Soy consciente de los talentos recibidos sin compararme con los de nadie? ¿Soy capaz de correr riesgos y poner toda mi creatividad e inteligencia al servicio del proyecto de Jesús?


Hna. Mariela Martínez Higueras O.P.
Congregación de Santo Domingo

jueves, 31 de agosto de 2017

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 31 DE AGOSTO 2017



Vigésimo primera Semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
Jueves 31 de agosto 2017



“ Estad preparados, porque a la hora que menos penséis, viene el Hijo del Hombre ”



Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 3, 7-13
Hermanos, en medio de todos nuestros aprietos y luchas, vosotros, con vuestra fe, nos animáis; ahora nos sentimos vivir, sabiendo que os mantenéis fieles al Señor.¿Cómo podremos agradecérselo bastante a Dios? ¡Tanta alegría como gozamos delante de Dios por causa vuestra, cuando pedimos día y noche veros cara a cara y remediar las deficiencias de vuestra fe!Que Dios, nuestro Padre, y nuestro Señor Jesús nos allanen el camino para ir a veros. Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos. Y que así os fortalezca internamente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre.

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Salmo
Sal 89, 3-4. 12-13. 14 y 17 R. Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres.

Tú reduces al hombre a polvo, diciendo:
«Retornad, hijos de Adán.» 
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó;
una vela nocturna. R.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato. 
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? 
Ten compasión de tus siervos. R.

Por la mañana sácianos de tu misericordia, 
y toda nuestra vida será alegría y júbilo. 
Baje a nosotros la bondad del Señor 
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R.

____________________

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 24, 42-51

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejarla abrir un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas?
Pues, dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes.
Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, mandándolo a donde se manda a los hipócritas.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»

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Reflexión del Evangelio de hoy
¿Cómo podremos agradecérselo bastante a Dios?

Pablo se dirige a los fieles de Tesalónica, ante la imposibilidad de acudir personalmente a verlos, como es su deseo.

Timoteo, recién llegado de Tesalónica, le ha referido cómo la predicación y el testimonio que Pablo hizo con anterioridad, ha arraigado en ellos y persisten en su fe, a pesar de las múltiples dificultades, e incluso, persecuciones, por lo que Pablo agradece profundamente a Dios la fe que profesan.

Aunque el deseo de Pablo es acudir de nuevo a verlos y así completar su formación, para cubrir las deficiencias de su fe, pero las circunstancias no se lo permiten.

Pide al Señor les colme de amor mutuo y a todos sus semejantes, para dar testimonio de su fe, tal y como Pablo y sus discípulos los quieren a ellos. También pide a Dios les conceda fortaleza y perseverancia para cuando se produzca la vuelta de Jesús nuestro Señor.

Es una expresión de ánimo y al mismo tiempo de agradecimiento, pues no es necesaria la presencia del Apóstol, para permanecer fieles a la doctrina que han abrazado.

Como se refiere en el salmo 89: “sácianos de tu misericordia, Señor, y estamos alegres, pues mil años en tu presencia son un ayer que pasó”.

Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá Nuestro Señor
Jesús acaba de dar su discurso escatológico, les ha anunciado la destrucción del Templo y toda la serie de signos que precederán a la gran tribulación, por eso insiste a sus discípulos que estén alertas y preparados, porque cuando menos lo esperen se producirá la venida del Señor.
Pone como ejemplo al dueño de la casa que, si supiera cuando va a ser asaltado por un ladrón, estaría preparado para no ser violentado en sus bienes; lo mismo que el criado a quien su amo encarga el cuidado de sus bienes y de la servidumbre, si actúa como le ha encargado, su amo, cuando vuelva, lo verá como merecedor de su confianza, pero, si al contrario, se dedica a comer y beber y olvidarse de sus obligaciones, cuando menos lo espere volverá su amo y lo castigará e incluso lo denunciará a las autoridades.

¿Qué nos pide Jesús? Que estemos siempre preparados, que no nos confiemos en que cumplimos, aunque sea a regañadientes, con lo que Él nos pide.

Debemos actuar con la ilusión y el ánimo del primer día, que el paso del tiempo no nos haga decaer en nuestro entusiasmo.

No somos seguidores de Jesús a tiempo parcial, que únicamente nos acordemos de Él los fines de semana, porque la Iglesia nos pide acudir a misa, NO, nuestro compromiso debe ser a “dedicación completa”, entregarnos con alma y cuerpo a ser testigos de Jesús en medio del mundo, y si actuamos así, ya pueden venir vicisitudes y dificultades, que todo lo superaremos con la fuerza del Espíritu.

¿Agradecemos a Dios todo el bien que nos ha hecho?
¿Estamos preparados para lo que nos pueda venir?
¿Confiamos en la fuerza del Espíritu para superar los problemas?


D. José Vicente Vila Castellar, OP
Fraternidad Laical Dominicana Torrent (Valencia)

miércoles, 30 de agosto de 2017

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 30 DE AGOSTO 2017


Vigésimo primera Semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
Miércoles 30 de agosto 2017



Primera lectura
Primera lectura: I Tesalonicenses 2,9-13

Recordad, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no serle gravoso a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios. Vosotros sois testigos, y Dios también, de lo leal, recto e irreprochable que fue nuestro proceder con vosotros, los creyentes; sabéis perfectamente que tratamos con cada uno de vosotros personalmente, como un padre con sus hijos, animándoos con tono suave y enérgico a vivir como se merece Dios, que os ha llamado a su reino y gloria. Ésa es la razón por la que no cesarnos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros, los creyentes.


Salmo
Sal 138,7-8.9-10.11-12ab R/. Señor, tú me sondeas y me conoces

¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R/.

Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha. R/.

Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí»,
ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día. R/.


Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 23,27-32

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: "Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas"! Con esto atestiguáis en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!»



Reflexión del Evangelio de hoy
Proclamé entre vosotros el Reino de Dios

Pablo hace memoria de su misión apostólica en Tesalónica, en cuyo desempeño se ha mostrado como un verdadero servidor de la comunidad cristiana, muy próximo a todos, disponible siempre, y ávido de entregar no sólo el Evangelio sino su propia vida, como lo haría una mamá por cada uno de sus hijos. Son palabras de una emoción incontenible y exponentes de un servicio evangelizador valiente y desinteresado. La mejor prueba que ninguna dificultad impedirá que se predique la Buena Noticia ni que ningún misionero se arrugue a la hora de defender la causa de Dios. Porque de lo que se trata no es de agradar a los hombres, sino de proclamar el Evangelio de Jesús de la cruz a la fecha. La actitud limpia y servicial de Pablo se manifiesta también en el dato de que el apóstol no ha querido ser oneroso para nadie, por lo que ha trabajado con sus manos para su propia manutención. Solo le mueve el predicar el Reino de Dios y, con alegría, constata que la comunidad le ha respondido con fe y fraterna acogida; por eso manifiesta Pablo su gratitud porque su predicación fue recibida como Palabra de Dios que es la que mueve el corazón del creyente.

Parecéis justos, pero podridos por dentro

Abundan en el evangelio los momentos en los que Jesús no sólo critica el perfil religioso de los fariseos, sino que se enfrenta sin reservas a su doctrina y actitud. En este texto, los asimila a sepulcros enyesados, que es lo mismo que decir que blasonan de bondad cuando su interior abunda en maligna podredumbre. Parece que éstos se preocupan con exclusividad del comportamiento externo, lo que es patente hipocresía. Y similar argumento al del seguimiento de la ley, lo aplica a su conducta con los enviados de Dios: matan primero a los justos y después le construyen grandes mausoleos. Jesús les hace ver que los fariseos de su tiempo no son muy distintos a los históricos que mataron a los profetas. No es que no sea adecuada la rectificación de los fariseos, pero el Maestro les hace ver que su actitud es idéntica a la de sus padres. Por eso, no solo son linaje físico, sino también espiritual y afectivo, de los que mataron a los antiguos profetas. ¿Línea de continuidad? Evidente que sí, ya que el rechazo que expresan a Jesús de Nazaret y su proyecto del Reino de los Cielos así lo manifiesta. Hasta podemos decir que es el fruto granado de su acendrada hipocresía. 
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